Final de temporada

Final de temporada
POR MIS PENSAMIENTOS SINDICALISTAS CONCLUIMOS LA PRIMERA TEMPORADA

31 de marzo de 2011

EL ROBAGALLINAS

Cierta mañana al levantarme osadamente asustado no podía creer lo que mis oídos escuchaban a los cuatro vientos de mi barrio y otros barrios aledaños, la voz de doña mi mamá anunciado a los habitantes de la comunidad la venta de mute, sancocho de gallina, carne asada más pepitoria con el fin de recaudar fondos para los adornos navideños de la cuadra, aproximadamente a las siete de la mañana; dicha alocución por medio de las bocinas o parlantes ubicados en los postes de luz en cada cuadra, manzana y redomas de la junta de acción comunal del barrio, ¡No lo podía creer¡ hasta tal momento, escondí mi cabeza debajo de la almohada tratando de pensar que era solo una pesadilla pero quería de nuevo verificar si era el tono o el color de voz de doña mi mamá quien, y vaya sorpresa, era la locutora. Como era común la alarma que me despertaba hasta ese día era la vieja lavadora haceb color hueso que no solo lavaba, su motor sonaba peor que una licuadora, para rematar no era estática; era bailable, se movía desde el lavadero hasta casi la puerta de mi cuarto, alertando que eran las seis de la mañana, pero ese domingo la alarma fue un dardo que me marco cierta parte de la vida en comunidad, la mujer que me trajo al mundo aprovecho la cuña publicitaria y el altavoz para anunciar a su segundo hijo la siguiente alarma matutina: ¡Diego son las siete pasaditas, levántese a desayunar…
Desde entonces perdí la poca vergüenza que me quedaba y ahora contare de donde tal vez se pudo sacar las gallinas del sancocho para los eventos especiales.
No podía dejar de escribir algunos de mis pasatiempos en la niñez, con sueños de volar aunque sea con cometas, jugar con maras, trompo, la lleva y las escondidas sin límites ni fronteras, donde el mundo no era de nadie y todo era gratis hasta altas horas de la noche en la inolvidable cancha, pues al no escuchar el tercer llamado desde la casa para irme a dormir, era correteado por mi papá que con chancleta en mano no me dejaba opción alguna si no meterme debajo de la cama, trinchera adecuada pues él no se podía agachar gracias a su barriga.
Hacia parte de una banda completamente masculina que se dedicaba al hurto calificado de bromas, aventuras con llantos de risas, donde un combo de mocosos, patirrajados y cara sucias, recorríamos calle arriba, calle abajo explorando los días en diamante en bruto que nos arrojaba la gran mina que fue la calle.
Cada persona de un colectivo o grupo tiene unas características o habilidades que lo hacen diferentes a los demás, en mi caso siempre fui una especie de Robín Hood, sin capa ni espada, solo con unos zapatos converse de tela, un conjunto de camisa y pantaloneta que me quedaban ya salta charcos por aquello del crecimiento. En esos tiempos algunas de las victimas de nuestras travesías eran un viejo colonial restaurante, las cosechas de piñas en Lebrija y los improvisados galpones de los vecinos.
La fuente de los deseos ubicada en el restaurante, el cual me reservo el nombre por seguridad (pues quizá si algún día ingreso a él, cuando me pasen la factura me cobran todas las moneditas que ultraje) pero ustedes calcularan cual es por ser el único con pozo, donde los creyentes turistas lanzaban monedas tal vez pidiendo un deseo, como el que la cuenta del almuerzo no fuera costosa, el Hood criollo esperando la distracción y el espaldarazo  de los meseros, con un movimiento felino corría hasta la fuente, se sumergía sostenido de las piernas por Junior su cómplice, por si acaso se iba al fondo de la fuente, utilizaba las manos como especie de atarraya submarina para recoger  cual fuera tesoro en el fondo, cuando de repente mojado el torso superior, salía sin respiración pero con las monedas de mayor denominación en sus manos, empapado las guardaba en las medias y pendiente abajo se desplazaban corriendo con el peso que hace el agua y las monedas, perseguidos por un grupo de furiosos meseros que perdíamos al doblar la esquina. En la tienda de doña Aura cambiábamos las caras y sellos de los metales por suficientes yogures y tato´s para llenar las panzas de todos quienes se nos acercaban.
Con barrigas llenas nos entusiasmábamos por realizar algo con más atrevimiento, un asalto que no solo nos llenara el hambre si no los cajones de mercado de casi todos en el barrio; el cerebro con orejas del grupo llamado Walter, ideó hacer un asalto a mano con costal de fique en las colinas que unen a Girón con la capital piñera de Colombia. Sin conocer las consecuencias, tomamos rumbo fijo por barrio arriba con más de siete integrantes quienes llevaban consigo permiso denegado de la casa. Al caminar más de media hora por trocha seca, inventábamos atajos, que en vez de reducir camino nos desubicaba, algunos aún no tenían control de esfínteres y escondidos detrás de arbustos utilizaban hojas grandes, verdes pero esponjosas de los arboles con troncos más gruesos. Al escuchar al guía gritar con entonación de gallos en la garganta: - Llegamos! La emoción era asaltante, campos abiertos, sin cerca alguna y a la vista solo se podía contemplar un mar tropical de piñas. Si las piñas hubiesen valido lingotes de oro, hubiésemos sido dulcemente millonarios esa tarde; arrancando el tallo de la raíz quitábamos las piñas con las manos cortadas y picadas por la cascara cortopunzante del codiciado fruto, momentos más tarde con el costal lleno nos avisaba que era hora de regreso; labios reventados por el sabor agridulce, emanaba sangre que era secada por nuestras camisas, tarea de desmanchar para nuestras madres, de la nada se escucho el ruido de un automotor que nos hizo acurrucarnos en la tierra que nos camuflaba entre las líneas de las ordenadas cosechas, cuando la supervisión paso corrimos de vuelta a los atajos para que nos regresaran victoriosos al barrio. Entre cantos, silbidos y gritos, para que las niñas bonitas de las cuadras salieran por las ventanas y puertas a recibirnos, el saco de fique en hombros era expuesto ante los vecinos, a lo que con solidaridad este humilde Hood otorgaba parte de lo que le correspondía al baúl del mercado de la casa, a propios y a extraños. Al anochecer nos reuníamos de nuevo adoloridos no por el esfuerzo físico que exigió la travesía piñera, si no por la reprendida golpiza posterior que nos proporcionaron nuestros padres por ser delatados supuestamente robando lo ajeno.
La mejor salida era volver a entrar al juego, la noche siempre jugó a favor de los días inolvidables de la niñez, pero para quien no jugó mucho a favor fue a uno de mis mejores amigos de tetero, colada y bienestarina, él en cierta parte era  como la noche, de color medio oscuro, y por otra parte era el más miedoso del grupo, Buñuelo, su alias se debía a su forma redonda cuando estaba de meses. Viendo que el negocio no daba muchos frutos porque entre más vacas menos leche, opte por convencer al Buñuelo para que fuera el Chompiras cómplice del omnívoro plan, para que la ganancia solo fuera dividida como correspondía, un 75% para mí y el resto para licitaciones. El campo estaba despejado, la hora nocturna marcaba el reloj, en lo alto de las ramas estaba el producto, la escalera humana era el trabajo de mi cómplice. Sin más preámbulo nos dirigimos al corral ubicado al frente de la tienda de don Bruno, caminando sin hacer ningún tipo de ruido, llegamos como gavilanes al punto, como habíamos pactado me subí gracias a el escalón improvisado por mi ayudante, trepe el tronco, con sutileza movía las ramas y no veía a la coloradita que tanto me había gustado cuando comía maíz, inesperadamente las escandalosas iniciaron a cloquear con tanto ruido que cuando mire abajo Buñuelo ya no estaba, escapó pues en la casa no había orinado; sin chance alguna la vi gordita y jugosa, salte de una rama a otra y con malicia indígena la atrape sujetándola de las alas, al fondo se prendió el bombillo de la casa sin más escapatoria salte al suelo y salí corriendo con la gallina aleteando con el caldo doña gallina que me había encargado doña mi mamá para el sancocho del día especial.
Dedicado a: Don Julio, señora Zerpa y Mafe. Pequeños momentos solo bastan para conocer grandes personas, no importa el origen, el acento o nacionalidad, todos somos una familia. Una tarde alcanzo para ganarse mi cariño, admiración y respeto.  Cuenten conmigo pa´ las que sea, nos vemos en Bucara o en las islas Morrocoy. Estén con Dios que El esta siempre con nosotros.

25 de marzo de 2011

Sin su hábito

El arrepentimiento fue instantáneo, ya el hombre lo había logrado, sin darse cuenta en el baile, el había accedido carnalmente sin que su embriagada reacción reaccionara.
Ya era de madrugada, un maremoto de lagrimas finiquitaron la falta de experiencia en un mundo el cual no era como su habita normal. Sentada sobre un sillón de tela plástica con sus piernas pegadas como si fuera solo una, una noche basto para cometer su error. Con palma de su mano empuñada en su cien más el otro brazo cruzado de izquierda a derecha en la parte baja de su vientre, lamentaba a gritos culposos por dentro la pérdida de su celibato tesoro. El ruido era perverso, sobrepasaba los decibeles sonoros como cuando se despierta a una pequeña criatura con voladores y estruendos de su angelical cuna. Acostumbrada a escuchar los silbidos naturales de los campos que rodeaban el convento lleno de silencio prolongado por rezos y rosarios de sus iguales y superiores. Ahora encerrada en una cabaña dentro de una demoniaca casa, su corazón palpitaba al ritmo desenfrenado de música negra para sus oídos, con voces altas, crueles y graves haciéndola tapar sus oídos evitando satanizar su santo pensamiento. Las paredes del cuarto del sillón en forma de L, estaba enmarcado por dos pequeñas puertas con ranuras horizontales y pestañas declinadas que se abrían y cerraban al estilo oeste que iniciaban a la altura de las rodillas humanas hacia arriba, dejando un espacio inferior adecuado para los voyeristas que pasaban dirección al baño. Sobre la mesa pegada al suelo por oxidadas tuercas en el centro del cuarto, una botella de un trago color miel y pirata sabor, acompañado por una cubeta llena de cubos derretidos de hielo, copas blancas pequeñas que contenías gotas del ya consumido licor, con botella personal de bebida negra conocida para combinar y granos inflamados de maíz que rodeaban la camisa arrojada por su primer hombre, un bolso y su pantalón.
Fue demasiado tarde para decir la verdad, su nombre Inés y su monja vocación, su primera aventura y no por amor.
Antes que cayera el sol, se comunicó para datar la hora y el lugar en una zona donde todo no es color de rosa, pero nunca pensó que sería la llamada con el precio que nunca pagaría en su vida.
No tenia aparato telefónico pero si la gallardía de apuntar en un papel el nombre y teléfono del hombre que no sabía sus antecedentes pero la hizo estremecer. Con licencia otorgada por su Sor superior, tenía una semana para cruzar el mediterráneo desde el país flamenco hasta el continente que se presto para verla parir, así se quitó el hábito y se vistió de mundana. Todo inicio en la mañana al encajar miradas, desencadenando unas atrevidas sonrisas, con rodeos de arriba a abajo calificando las disimuladas curvas por su forma conservada de actuar, dando un giro inesperado y crucial para el contacto personal, le dijo “Hola” con y sin palabras a su lamento por el resto de su vivir. 
Dedicado a: Familia Gómez Ríos. Casi dos décadas en la que nos hemos visto crecer como personas y familia, les doy a cada integrante de esta unida familia mil gracias por hacerme sentir como en casa, dejarme cruzar la puerta y la frontera. Dios los bendiga en cada acción de sus vidas.

9 de marzo de 2011

POLI & TICA

Alrededor de una llamarada en medio de la escasa claridad de la luna, los grandes filósofos griegos relataron a sus discípulos el génesis del ejercicio del poder en la tierra. Cuentan que un día la Justica madre mundana murió al parir dos seres de discrepa raza, ideología y color, sin orientación ninguna crecieron, su padre adoptivo Corrupción, las bautizó basándose en los principios de la viuda Ética que sin reflexión alguna lamentaba el viaje al infinito de su inseparable eslabón Moral.  El primer engendro entre la pobreza, el crimen y la violación de los derechos e izquierdos rincones de la miseria que habitaban en la sociedad, fue bautizado Poli, por tratarse de una hija de la ciudad. La segunda sin medida alguna se refugiaba sin ningún temor en los hogares y lazos familiares donde fue desterrada por acabar con matrimonios y relaciones de padres, posteriormente se inserto en escuelas robando valores humanos y humanas esperanzas de niños, cansado de destruir espacios sociales creó una red enorme para lanzarse al mercado más competitivo: La sociedad, dejando desolación, incertidumbre, desconfianza por los malos manejos y falsas promesas, su nombre titulaba Tica.
El palacio terrenal gobernado estaba por la mediocridad, los proyectos, sueños enmarcados por las necesidades humanas marchaban a los archivos investigativos por tajadas de remesas y licitaciones debido al abuso del poder, lucrados por los impuestos que mes a mes consignaban en una caja de pandora sellada por quien más oratoria de persuadir argumentaba. Las nubes ya no eran blancas, el mundo a escala de gris estaba, escasa gama de colores peor aún la pobreza en olores. Dos crisis afrontaban cruzadas en espiral, una económica, la otra afectiva, el dinero paso a ser el padre de familia mientras el afecto se media por el dinero. Partidos, partidos levantaban sus banderas unicolores con truenos de propagandas en volantes, pasacalles, afiches que causaban contaminación visual y prometían saciar el hambre de construir educada la sociedad, mas por un plato de hueso sin carne muchos se dejaban llevar a cambio de una conciencia que llenaba la barriga un día pero dejaba la razón sin opción 1460 amaneceres sin salida.
Entre tanto Poli caía a los más profundos rincones de sus ludopáticos vicios, con harapos se vestía, hija prodiga de madre justa, era sedada por programas de ayuda inmediata pero devuelta a la calle sin ser rehabilitada. Tica complemento siamés de su hermana, destruía y mataba sin quitar la vida los somnolientos pocos esperanzados hijos desterrados, dejando huérfana a la mitológica Juventud que sin recurso se amparaba en la más tecnológica  opción.
En un espacio remoto como la pequeña Israel, se levantaba un puente grande como el Edén, a viva y baja voz resonaba como las campanas cuando llega un pastor, la única salida en una mágica combinación entre la espiritualidad para combatir el mal.
Como una luz en la oscuridad, un rayo concreto de afinidad, no se trató de un ladrón de corbata o un cavernícola más, sino un puente humano que buscaba unir y afianzar no la odisea de Homero, sino a las dos partes hermanas huérfanas extraviadas con el fin de asegurar un futuro con democracia por adelantar. Sin lanzas ni flechas contaba, muchedumbres no se amontonaban, pues siempre el nuevo héroe de la sociedad tuvo presente que era mejor la calidad que la cantidad, respetando la constitución alineado a la lealtad, con una mano levantaba juró, con la otra aferrado a la biblia, el gran compromiso que le impuso Dios su patrocinador y asesor, escalar un primer Edil peldaño y así pintar con mil colores un mundo a blanco y negro, reconquistó el buen ejercicio del poder y restauró la hermandad entre Poli & Tica, una trayectoria lo espero al lado de sus dos nuevas estratégicas alianzas: PoliTica.
El fuego quedo convertido en cenizas, la llamarada se consumió, los discípulos en piedras meditaban los proféticos cegados ojos de sus maestros que veían un más allá.
Dedicado a: Elizabeth Tapias Arenas. En la tierra del barro y oro, mi paisana que recorre las calles de piedra y cal, cruzando las Nieves por los puentes llenos de añejas historias para contar, bajo la luz nocturna de la Rosita, bohemios personajes de esquina a esquina son testigos fieles de tu parto y crecimiento que te convierten en una hija más de un mítico pueblo colonial.
No nací allí pero uno es de donde se hace y no donde se nace, por eso soy Gironés ese es un orgullo.

4 de marzo de 2011

DESDE EL BAÑO

Muchos de ustedes me preguntan acerca de mis ideas, textos, mi estilo de escribir, lo que va detrás de los párrafos del blog, hasta el espacio de producción donde elaboro a diario todo lo anterior.
Detrás de todo esto no sólo va el jugar con vocales y consonantes para divertirse con las palabras que hacen parte de las frases, las frases que forman párrafos y así agregado un tanto de coherencia sucesiva hasta llegar al título. Existe un gran equipo de trabajo desde el diseño, lluvia de ideas, publicidad, montaje, corrección gramatical, géneros y coherencia textual, no solo un recurso humano si no personajes que se prestan sin ningún interés por la divertida social causa de entretener y culturizar siquiera un momento su mente.
Ex compañeros de aulas y docentes al igual me indagan como generar el proceso lecto-escritor a los suyos, la respuesta es sencilla: “no tengo la menor idea”, pero seguro que pagando más de un millón de pesos al semestre o imponiendo libros para leer como: Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, Crónica de una muerte anunciada, el principito, platero y yo, libros de mitología griega, entre otros, no garantiza que dicho proceso avance. Aunque no soy partidario de las estadísticas, voy a hacer la excepción para soportar lo anterior, en el 2008 leí aproximadamente 27 libros, un promedio de 2 libros por mes, ese mismo año escribí solo 3 textos, mientras que en el 2010 leí una cifra inferior a 8 libros y escribí más de 15 textos. Los números no cuentan las letras como pueden ver en el anterior caso, siendo alineado a los promedios estadísticos, seria proporcional que entre más lea más escriba, pero en mi caso no es así, eso dejó una respuesta clara en el proceso lecto-escritor. A lo que si me  atrevo con autoridad del caso es a proporcionarles unos requisitos que hacen parte de mi faceta como escritor, pienso que mejoraría y fomentaría este hábito para los inquietantes y temerosos por escribir.  El primer requisito, tener un interés real de lo que se quiere plasmar, segundo, una autonomía para despejar la mente de los obstáculos al hacer el intento, tercero, decisión inmediata por tomar un lápiz con hoja, cuarto, hacer de esta disciplina una cultura, y quinto, tener un espacio físico y mental de producción.
Como se que no es la idea principal de este texto dar pautas o recomendaciones para auto superarse, tampoco quiero desviarme de la macro estructura, al igual no quiero que lean líneas parecidas a “Técnicas americanas de lectura”, personalmente me dan aburrimiento, voy a cortar estos requisitos hasta este párrafo, pues nos veremos próximamente dando unas pequeñas charlas desglosando los cuatro puntos y otros.
Para enmarcar y reflexionar acerca del quinto punto que indica el párrafo introductivo, a continuación la explicación.
Existe un lugar favorito en mi vida personal,  un lugar en donde mi mente se va por medio del agua, un lugar calmo, sereno y tranquilo, no es un escritorio o una sala de estudio, como muchos creen, tampoco mi cuarto pues no me he acostumbrado a él, es un oráculo redondo y blanco, donde me siento para generar el placer no sólo fisiológico de una necesidad sino el placer de pensar y estar un momento consigo mismo a solas, el baño.
Cuando me postro en mi trono de la sabiduría, en posición fecal en la cual el ángulo de mis piernas dobladas es noventa grados, mis pantalones e interior caen arrugados sobre mis pies, mis codos apoyados entre los muslos y las rodillas, dejando los antebrazos direccionar hacia el frente, donde cruzados los dedos recorren pensamientos, la columna se inclina paralela a los brazos, y mi mirada persigue a una manada en hilera de comunicativas y trabajadoras hormigas recorriendo la baldosa blanca pegada en el piso y la pared, de costumbre algunas de ellas se salen o se desvían del resto, con un soplo las trato de incorporar al combo para que no se pierdan de su pelotón, al no ser útil el torrente aire, giro a la derecha mi tronco superior, esfuerzo mi mano derecha para abrir la llave del agua del lavamanos (¿Por qué creen que es mi trono? los accesorios son “Corona”), mojo y empapo las puntas de mis dedos para rociar a las evadidas y remisas hormigas con el fin de despertarlas, ubicarlas y decirles: No se salgan de la hilera, que me distraen!!! Al oír la petición todas en turba se esconden en huequitos o cuevas ubicadas en el pliegue del piso con la pared.
Ese es mi baño o mejor mi oráculo, el espacio de 3x2 metros, separado de la ducha por una división acrílica azul, una pieza de cerámica para ubicar las toallas, un espejo borroso con una fisura en forma de montaña que atraviesa los tres metros del lugar, un lavamanos blanco con llave negra y manilla transparente, soportado por un tubo de codo gris adherido a la pared, una papelera y no de reciclaje, escaparate de tubitos blancos para los cepillos, sencillo como este mundo es mi baño. Lugar que se abre empujando una puerta de madera, que madera para cortar la que hay en él. Siempre cuando me dirijo al baño, abro la puerta, se baja el telón, de frente un rollo de papel blanco, me siento como si estuviera en un lugar muy apartado del mundo, donde soy yo y mí otro yo, tanto es así que realizo tertulias, conversatorios, conferencias, ruedas de prensa, donde mentes y voces imaginarias salen de la nada, hasta creo que soy el  jugador y director técnico de la selección Colombia, marcando las tácticas del equipo en dos baldosas del piso, una son los rivales y la otra los míos, el cargo que más me ha desagradado es el de presidente de la nación, pues siempre la cago cuando me colocan la banda presidencial.
No solo sale agua para ducharme el cuerpo estando en la ducha del baño, de la nada, del todo, salen lluvias de ideas, imaginaciones y creaciones que a lo largo de la vida unas escribo para compartir, otras hago caso omiso, y otras vivo a diario con la fortuna de meditar en mi gran oráculo. Siempre hay que tener un espacio mínimo para sentar cabeza de todo lo enorme y gigantesco que hay afuera en el universo, ese conducto regular se reduce a la parte de la casa donde nadie te molesta, no hay contaminación visual y auditiva,  mucho menos abren la puerta para distraerte.
Si eres homo sapiens en el baño, la huella o registró que lo constata, es la marca redonda rojiza que dejó la presión de tus codos entre los muslos y las rodillas. Si dejas la marca bienvenido al club, de lo contrario piensa y escribe.
Dedicado a: Davo D´avila Arce. En el místico mundo de la mente, existen continentes donde las letras maravillosas gobiernan utópicos libros, usted es un soberano líder de pluma y papiro que con imaginación más redacción convierte las monotonías de la vida en poemas que declaran la independencia creativa. No me olvido aún de su tanda de poemas, las noches de Lubita consentida colgada del cielo al lado de Mafe pero con Junior tú papá. Muxas grazias viejo men.