Final de temporada

Final de temporada
POR MIS PENSAMIENTOS SINDICALISTAS CONCLUIMOS LA PRIMERA TEMPORADA

27 de febrero de 2011

CON UN PIE EN CADA LADO DE LA LÍNEA

“Pensó escribir una historia de amor,  pero nunca donde él fuera el protagonista”.1
En cada pasillo de la antigua Roma, los soldados con faldas vino tinto, sandalias con tiras de cuero más arriba de sus tobillos, pecheras de cobre al igual que sus cascos con una lanza en la coronilla, un escudo tallado por manos de metalúrgicos improvisados desde talleres arrinconados, lanzas y espadas como armas, marcaban con avisos las casas donde habitaban jóvenes no prometidos, orden que impuso el emperador tras ultrajar las costumbres y la cultura griega.
Con alforja en mano llena de pan de los trigales dorados de los campos fértiles, revuelta por quizás cuajada de los graneros para que fuera acompañada por chocolate, Aureliano se dirigió a casa de la mujer que tanto había soñado. Con indumentaria y alpargatas romanas, subió al carruaje que lo llevaba al destino pero que nunca lo dejó como había iniciado la historia. Con inesperada emoción y ningún otra sensación, doblo la última esquina a la izquierda, a más de veinte metros vio a el padre de la casa, una figura sentada a la que le sobresalía su bigote carismático, mientras más se acercaba su sonrisa aumentaba, de repente tiempo sin verlo lo acobijo, con un abrazo cálido y fuerte lo recibió, al lado de la puerta de la casa  estaba pegado el anuncio y adentro moraba su princesa. Con licencia otorgada, al colocar el primer pie en la casa, su mirada se detuvo en las escaleras ubicadas frente a la puerta grande, inevitable destino del día, sentada sobre un peldaño de cerámica egipcia, apoyando sus codos al piso, vestida con tela y chaleco largo color agua marina que le hacía juego con sus sandalias que le dejaban al desnudo sus dedos, levanto su mirada y el la levanto al cielo.
Un abrazo fuerte basto para que a mil por hora las palabras se frenaran, la felicidad y amistad jugó un rol importante. Con grito por la llegada del visitante, Latifa aviso a su ejemplar madre la presencia del esperado. Sentado cerca a un cuadro parisino, después de entregar el presente, vio que de la nada salió el sol personificado, un sol que tenía los rayos y el esplendor en cabellos rizos, un sol que no sale por el oriente ni se esconde por el occidente, por sus tierna timidez sale y se oculta detrás de sonrisas. Aureliano como de costumbre intentaba jugar con el sol personificado, pues el sol le brillaba y no le daba calor, solo luz. En la espera, Latifa se acerco a la visita, sentado en la  poltrona solo contemplo a una mujer que desde hace mucho conoció. – Vamos a caminar. Propuso Latifa, a lo que acepto, el verbo se ejecuto. Idea que naturalmente es ejercida pero en las calles romanas para ellos podría ser arma de doble filo. Sin nada más que decir, dos sombras los acompañaban, en las Ruas romanas, de repente como plan de niños sin rumbo fijo, una crema helada era el objetivo. Cuando se dirigían a una enorme tienda, con gran carpa, un mercado comercial, sus cuestiones, labores y preocupaciones apuntaban intercambiando papiros que hace rato no actualizaban, más allá de todo eso iba inmersa una gran alegría dentro del alma de Aureliano, que se notó a la hora de chorrear la crema helada de café importado de la India y vainilla dulce en su túnica, ni hasta mil papeles para limpiar, ni hasta clases de etiqueta y glamour griego podrían ayudar la manera nerviosa pero inocente de ingerir la crema. Entre sonrisas, pasos y miradas a los accesorios artesanales de la gran tienda, suposiciones se hacían acerca de las cosas que estaban expuestas detrás de las vitrinas, cual le gustaba a quien, cual le lucia y cual salía con su gusto por calzar tacones altos. Para ellos dos esa tarde recobraba vida, pues tras agitados días, esa tarde era distinta, desnudando la franqueza, salían de un túnel sin salida.
Con manchas de la crema, Aureliano precisaba limpiar su ingenua cursilería, sin agua en los estanques para mojar sus manos, agarro con delicadeza el brazo de Latifa, la llevó a una fuente de sabiduría universal, donde había agua potable para desmanchar y ningún soldado romano los podía vigilar. Recordaron momentos cortos e inolvidables, época de antaño insuperable.  – Siempre me pregunto, ¿dónde hubiera dejado el temor a un lado? ¿Qué hubiera pasado con nosotros años atrás? Afirmó el sexo débil.
Preguntas sin respuestas, surgían de una torre. De repente las preguntas se responden con preguntas, dejando las respuestas en vano, suponiendo que el pasado es un tiempo que si se recuerda se vive dos veces. La tarde para ellos dos era suprema a la del resto del mundo, con poder desde la altura, observaban la arquitectura de la civilizada Roma, a miles de leguas alcanzaban a mirar la torre Pisa, con anhelo de Aureliano de escalar y contemplar la civilización desde el nivel más alto de la población. Exponiendo todos sus sensaciones, retomaron la idea de caminar para saber cuál sería la siguiente parada de la Rua.
El sol descendía a lo lejos, el ocaso traía las notas más lindas de la voz de Latifa, el receptor de esta bella melodía, moría a diario por escuchar sus palabras, Aureliano desde niño aprendió a escuchar antes que mamar de la teta de su mamá, así como Rómulo y Remo de su admirada criada. El atardecer humano les ofreció observar  las acrobacias que ofrecían un grupo de bufones, gimnastas y artistas de las artes de la sincronización del baile. Típico de la cultura romana, el ejercicio y la preparación física expuesta como tributo al templo del alma, el cuerpo. Se abrió el telón para aquellos que gustaran de este arte. Amantes de la ciencia y críticos por excelencia, se ubicaron en primera fila, bebieron el líquido más preciado, primero para regular el dulce y segundo por rociar sus labios sedientos. Del acto artístico se regaron plumas por doquier, sorprendiendo a los dos espectadores, que con el recorrer de los minutos no esperaron ni el aplauso para marcharse y caminar por los alrededores del gran coliseo romano.
El coliseo inmenso e histórico, sus arenas más llenas de derrotas y sufrimientos que victorias, tenía las puertas cerradas pues las batallas campales de gladiadores con leones eran los domingos, se convertía en mítico testigo del día XII del II mes del calendario impuesto por Augusto el emperador. Sentada sobre una muralla aledaña al coliseo, Latifa fue víctima de un ataque de sorpresivas hormigas, ya que en tierras con matas ellas son las dueñas del territorio, aprovechando Aureliano rozo con las yemas de sus dedos la parte rojiza por las picaduras, quizás el ordeno buscar un dulce néctar y las hormigas encontraron yacimientos de dicho.
Las verdaderas historias de amor se conservan porque las parejas sienten, piensan y manifiestan dulcemente con miradas, el gesticular sobra en el acto de poder decir una frase amorosa con un efusivo beso. Desnudar, quitar botón por botón todo lo que sentían, fue algo inmaculado. Una sensación de libertad y expresión los abordo, el resto de la civilización e imperios fue tema de olvido. La amistad de estos dos se convirtió en un momento de verdadero amor, fueron amigos por años, eso bien lo entendían, el destino confesaba lo que sentían hace tiempo, la voz le temblaba a Aureliano, no sabía si correr o quedarse quieto, el tiempo los esperaba, la tarde los contemplaba, las caricias insertadas por dulces palabras flotaban en una atmosfera divina, ese día como nunca otro se declaro un sentimiento transparentemente mutuo.
Antes que saliera la luna, Latifa trazo una línea imaginaria, que al cruzarla unía dos corazones atados por un nudo de besos que sellaba el sentimiento de ellos. Aureliano, caballero por naturaleza, trataba de hacerse el ingenuo al tema, con esa línea metafórica, su corazón lo impulsaba a tomarla a besos, pero su conciencia sabía que las consecuencias de esa causa serian batallas por vencer, esta vez su corazón pudo más, sin avisar probo los labios de Latifa, cuando abrió los ojos, todo no era igual, la vio convertida en una bonita romana, llena de sueños y sedienta de lograrlos. De inmediato el lugar fue sagrado, niños romanos salieron a entrenar a las afueras del coliseo, como era debido ellos dos no podían ser vistos, pues la clandestinidad era su único refugio. – Quiero ir a un lugar alto, deseo Latifa. Sin opción alguna caminaron por  un sendero lleno de pinos ubicado al oriente del coliseo.
La línea imaginaria se cruzó, una línea originada por una causa sentimental pura, con consecuencias no imaginadas, una línea que en un lado contenía sentimientos y en el otro convicciones, en un lado de la línea se despejaban felicidades, en el otro lado se cruzaban cables, una línea delgada al cruzar pero gruesa para saltar, esa línea Latifa y Aureliano la imaginaron, la trazaron, la cruzaron y por el resto de la vida nunca regresaron. En un lado de la línea existía la libertad, en el otro lado la clandestinidad. La gran Roma tenía reglas  impuestas por viejas guardias que concentraban por tradición de la sociedad, sabían muy bien que ahora el tiempo, la ley y la paciencia eran aliados de sus sentimientos.
Desde esa tarde los besos se convirtieron en las nuevas palabras de cariño, abrazos en nuevas sonrisas, recordando su niñez en los pinos, Latifa sonreía como nunca, demostró su lado tierno y consentido, con besos se rieron e ilusionaron. Llegó la noche, con ella se apresuró la llegada al templo. Antes de marcharse, Latifa se inclinó sobre un borde, y dijo: - Ahora estoy en un lugar alto. Aureliano inferior  en ubicación inclinó su cabeza al cielo y la vio, un farol decoraba un pasillo lleno de aromas de flores en zonas de campo, vieron, vivieron y  sintieron el beso inaugurado por una mejilla, seguido de una caricia por la frente de ella, dirigido tiernamente a la otra mejilla, con nariz fría por la emoción y concluido en la boca, tan apasionado que quedó escrito en las ruinas históricas de la gran Roma.
Noche con toque de queda, ninguna pareja podía ser vista, de lo contrario el emperador ejecutaba castigos letales a los infractores, por lo tanto un carruaje fue abordado por ellos para llegar como si nada. En el carruaje las manos entrelazadas, de su bolsa sacó una pluma labial para pintar su boca, pero Aureliano tenía un borrador en sus labios, acompañados con euforia marcaban un hito importante de sus historias.
A los XIII días de la histórica fecha Aureliano fue emboscado, preso y expuesto en la plaza principal de la ciudad por soldados alineados al emperador, leyeron sus delitos por violación a las leyes y al toque de queda, por no confesar quien era la acompañante y cómplice. San Valentín de Génova, fiel y piadoso sacerdote, antes que fuera ejecutado por un verdugo inédito, subió a las tablas, le dio una bendición con su mano derecha,  le entrego un blanco papel en el cual estaba plasmado un beso con tinta roja y un mensaje: “Para Aureliano, con el amor que habita en mi corazón. Latifa”.
Antes de suceder, Aureliano sonrió, se sintió orgulloso de Latifa y espero verla más allá, en la eternidad de Dios todopoderoso para vivir una vida sin clandestinidad, sin huir a los dos lados de la línea. Nunca restó valor a su gran belleza y cualidades, de esas cualidades y belleza agonizaba enamorado, pero ahora en la horca con las manos vacías estaba, la culpa los cobijo por querer enfrentar al destino. Pero al fin y al cabo cuando cruzaron la línea quedo pendiente algo, mojar el pan en el chocolate.
1 Inédito
Dedicado a: Henry J. Martínez. Su estilo cruel y diplomático me hace ver los momentos de la vida detrás de un escritorio de forma desemejante. Muchos ríen porque somos diferentes, pero nosotros podemos decir: ustedes son iguales. Gracias por su enseñanza, metodología sádica y sabia, no me causa horror, todo lo contrario, me produce carcajadas internas, cada quien y cada loco como usted con su cuento. Espero que no se le exploten los Sparkies, cuando le lleve siempre la contraria. Que mi Dios lo bendiga cuando usted este con o sin corbata. Gracias!

20 de febrero de 2011

Tu novio no me gusta

Tal vez el te dio el primer beso en la boca, pero te di el primer fraternal abrazo, tal vez el te disfrazo la primera frase te amo, pero antes que nacieras te serenateaba y te esperaba, tal vez a tu novio lo pierdas, lo ganes, pero a un hermano no se recupera, tal vez no te lo diga de frente, se que estas palabras obran por mí.
Con la hermana intención e instinto de hombre, esta semana transcurrida en pensamientos y sentimientos, luego de captar siquiera un tema para expresar a este mundo de cuatro paredes redondas un tema para compartir, temas iban, temas venían, criterios los seguían pero fundamentos se escabullían. Fuiste tú la elegida hermana querida a quien con estas cortas palabras espero que lleguen a lo más fondo de tu sabiduría. No soy si no el simple hermano de la mitad, el medio en el sándwich, a quien le cosían los pantalones de nuestro hermano mayor porque la tela aún resistía, a quien las cartillas guardaban porque rayadas y viejas contenían el saber, pues el primer hijo como la ley lo manda (quien pega de primero pega dos veces) y tú la menor, llevas el lado consentido por el resto de la vida. Hoy te expreso abiertamente, pues en privado siempre mi cátedra dirigida a ti, la tapas con tus manos en tus oídos y tu boca gritando: - No escucho soy de palo, tengo orejas de pescado. Hasta tal punto que cuando te digo algo sabes que no es con mi boca, es con mi corazón, pues nunca debes creer en mis palabras, si no en la sinceridad que ellas llevan. Estas próxima a tener tu cédula de ciudadanía, pero para mí siempre serás la culicagada de la casa, la que con berrinches y pucheros alcanzaba lo que quería, la caprichosa que se crio y creció sin que me diera cuenta, pues el tiempo no era proporcional con tu altura, la cédula no mide el nivel de madurez, mucho menos la audaz forma de tomar decisiones, pero si conlleva a tener compromiso para el proyecto de vida.
Escogiste una carrera que llena de orgullo, pues serás quien me saques de dudas y líos, cuando naciste, por tu rapidez e inteligencia, llegaste campeona al ovulo de mamá, ganándole a miles, ganaste tu primera competencia, se que ahora vas a ganar esta carrera.
En la vida hay decisiones que marcan la diferencia, otras que simplemente no alteran nada, con toda la sinceridad del título, más franqueza, jurando con la mano derecha alzada y con la izquierda en la constitución política (así no tenga la constitución política a la mano), declaro que: Tu novio no me gusta.
Así como las mujeres tienen un sexto sentido, por ejemplo cuando doña mi mamá sabe cuando estamos mintiendo, nunca falla, es certera, también los hombres tenemos un instinto que nos indica a simple vista, con olfato goleador, y un oído nítido. Desde el primer momento que lo detecte, calle pues en cuestiones de sentimientos cada quien es independiente y autónomo, no me cuadra, no es compactible, el pasajero se conoce por la maleta, no encaja, le falta el centavo para el peso, etc. Seguramente me querrás cuestionar y hacer un juicio posterior, aplicaras lo que llevas conocido y me sentenciaras a una condena de silencio condicional, pero como hermano y hombre, no puedo callar que a la niña de la casa llegue un supuesto príncipe azul (aún rana, creó que no le has dado el beso para que se convierta jejeje) no en caballo si no en una moto que trastorna hasta a Simón en casa, ten en cuenta que, como dijo Maria Jose Martínez, los príncipes azules se destiñen en la primera lavada, y tu príncipe esta en remojo.
Cierro invitándote a que no sólo me busques para que te ayude con tus trabajos de la universidad, a que no sólo me digas que no pase el cerrojo de la puerta, a que te ceda el pc, cuando estoy redactando y leyendo para que ingreses a el facebook, si no a que consolidemos nuestra hermandad.
Como estrategia, público esto para que cuando lo leas inmediatamente te me acerques, con limonada en vaso, extendamos el tema y te explique las razones en privado, pues acuérdate que a los seres queridos se corrigen en privado y se alaban en público. Búscame, estoy en la habitación 301, más conocida en nuestra familia como la palomera.
Dedicado a: July Duarte Caro. Hermana, muéstrame con práctica la teoría divina que dicta tu corazón, tienes las capacidades y herramientas mucho más que suficientes  para impactar en la sociedad como nunca lo has imaginado, pero no te hagas dependiente de las personas y las cosas. Te amo doctora Duarte.
¿Cómo hago para quedarme con las escrituras del hotel Mamá International? Interesante pero discutible.

12 de febrero de 2011

A petición del Hotel Mamá International

Últimamente la relación empresa-cliente en el titulado hotel, se ha trastornado pese a las comodidades ofrecidas en el portafolio o la carta de presentación de la “pensión”, término que puede ser utilizado pues en los 24 años que este el segundo de los tres clientes V.I.P ha depositado toda su confianza desde la cama cuna hasta la presente palomera, hoy día el servicio a disminuido por la llamadas crisis de los veinte y creó conveniente reclamar siquiera media pensión o adquirir acciones del mencionado.
Dicha crisis se manifiesta cuando en plena fiesta de los veinte a los treinta años, tus invitados se van y te dejan solo en la pista, enfrentándote a nuevas experiencias y problemas sin que nadie te de la mano y te saque a bailar. Ocurre el juego  de preguntas: el que, el cómo y el para, ¿Qué voy a hacer en la vida?, ¿Para donde voy? ¿Cómo solucionare? Tal vez muchos se sientan identificados o algún día estuvieron o estarán en estos zapatos, zapatos incómodos, apretados, con tacones hasta en la punta y una piedrita que te daña el bailado. Todo esto genera un malestar emocional y anímico, que circula las diferentes áreas en la que está dividida la vida, hasta tal punto que te vuelves un resentido social, te quejas porque a los otros les va mejor que a ti, en el caso de las mujeres, suelen ser comparativas con los ademanes que realizan su manada de amigas (comparan estatus, el nivel del prometido,  proceso matrimonial, los gordos del cuerpo, etc.) y suelen deprimirse en cualquier movimiento diario. En los hombres la crisis se ve reflejada en la caída del cabello y barriga.
Desde que a la abuela le dieron Visa y ahora es bisa-abuela (así pudo salir del país) me ingreso como es normal la denominada crisis de la década de los veinte. A muchos de ustedes tal vez este tema le suene como a un tema histórico social similar a la primera guerra mundial, la caída del muro de Berlín, no encontrar la talla o el color indicado de una camisa o zapatos, la crisis emocional por la alopecia, la pérdida continua de partidos de la selección Colombia, el bajo porcentaje agregado al salario mínimo, etc. No es así, esta crisis como su nombre lo indica, alcanzó a tocar la puerta de mi habitación, despertando de un sueño profundo y cómodo a mi corta edad. En bandeja ya no de plata sino de vidrio, cargada por un botones de guantes blancos, chaleco gris, pantalón negro, zapatos lustrados y corbatín, la vida más las directivas del Hotel Mamá International, me enviaron la cuenta parcial de mi hospedaje y servicios.
Iniciando con una ingenuidad crediticia, me quede perplejo cuando el primer cobro de la crisis de los veinte, estaba subrayado con tinta roja (que falta de respeto) diligenciado por data crédito, por el pequeño asunto del adelanto de $ 2.000 que realice hace más de 6 meses con la empresa de telefonía Movistar, y que hasta la fecha sumando intereses, asuntos jurídicos el total alcanza casi los  $ 9.000. Como segundo Ítem, la gerencia del hotel, me entregó un paz y salvo “honoris causa”,  por la culminación de mi carrera académica, dejando claro que parte de sus obligaciones habían culminado y que de ahora en adelante la despertada por la mañana, el baño con agua  mineral, el desayuno nutritivo, el periódico y café en el escritorio, ocupación de mi agenda, lavandería con planchado, call center de mis llamadas, pago de recibos, domicilios, almuerzos a la carta, televisión satelital, internet banda re-ancha, servicio de cuarto, y demás, van a correr por mi cuenta. A un costado de la bandeja, estaba escrita en un papel blanco la palabra responsabilidad, mi deducción fue inmediata, el título que obtuve no tiene el peso que creía tener, pero tengo que hacer que pese mil toneladas. Como no se puede quedar con los brazos cruzados y calentando el sillón, de ahora en adelante el contrato de mi vida, corre por cuenta propia, como en la cultura China, crisis es igual a oportunidad, alzo una bandera de auto superación para ganarle a esta lucha, en pro de todos mis contemporáneos que están pasando por las mismas.
Como regalo en la bandeja, el Hotel Mamá International, me envió una purga natural camuflada con una petición particular, - Ordene la pieza de tigrillo y mire la nueva controversial ley en Malawi.
Dedicado a: El Hotel Mamá International, gracias por sus servicios todos estos años, espero no encontrar un día mis cosas afuera en la calle, porque de lo contrario… Los niños buscan su hogar. Dios los bendiga.

4 de febrero de 2011

QUE PEREZA QUE A UNO LO ENTIERREN UN DOMINGO

Los toreros salen del ruedo en hombros por la puerta grande cuando su faena es magistral, asesinan a los toros con baletas, cortan orejas con trajes licrados, saludan a los cómplices en las graderías con un estilo peculiar que a mi imaginación creo que el sombrero deja un plumero en cada olé al engañar con el capote, el cuerpo del inofensivo toro sale arrastrado halado por unos caballos el séptimo día de la semana.
Estando trotando un domingo a la mañana sobre una avenida muy transcurrida de mi ciudad, con temperatura cálida más sol ideal para el bronceado cachaco (manga de la camisa para abajo tez camarón y manga hacia arriba blanco hueso) pues el sol es gratis y saludable en la mañana (en la tarde cuesta una quemada) como hacer deporte en jornada dominical. Observe un carro fúnebre con ataúd a bordo, decorado por una corona de flores y una cinta en diagonal morada que llevaba el nombre del turista en escarcha dorada, perseguido por carros, motos y buses con personas vestidas como en el carnaval de blancos y negros.
Con mi mente despejada y calculadora, me dispuse a contar la cantidad de vehículos que hacían parte de esta caravana fúnebre, en total: cuatro buses, catorce carros, aproximadamente más de veinte motos y por supuesto el carro fúnebre. Llegue a una decisión muy peculiar que fue tema central de este texto. Un domingo es un domingo, tal vez para muchos sea el día más aburrido de la semana, pues de trabajar los seis restantes se presta para descansar como debe ser este día.
En mis raros pensamientos, dejaré escrito en mi testamento la solicitud directa y sin revocatoria a mi grupo de abogados la siguiente capitulación: Ni por el carajos que me entierren un domingo, así el proceso pos muerte llevado a cabo por alguna empresa funeraria lo demande.
Que pereza irse tres metros bajo tierra y luego subir al cielo el día en que el 98% de los amigos, amistades, compañeros, vecinos y familiares estén dispuestos a: reposar el guayabo de la rumba del sábado, levantarse tarde de la cama puesto que de lunes a viernes madrugan, preparar las cosas para ir a piscina o rio, visitar a un familiar o a un restaurante, observar los capítulos de los cuentos de los hermanos Grimm, levantarse exclusivamente a sintonizar el canal uno para tener una Actitud Positiva con Jorge Duque Linares, el padre Chucho o Lineros, ver las películas repetitivas en caracol o rcn, ir al cine, el parque, en fin entre otras actividades dominicales. Pero lo que no me perdonaría y me daría vergüenza profunda dentro del ataúd, por los que siguieran mi chiva o mi caravana es que… Primero, que el lunes posterior sea festivo, se dañaría todo plan intermunicipal de viaje o arruncharse hasta martes por la mañana, segundo, para mis amigos amantes del fútbol, donde haya una final de campeonato o un clásico internacional.
Por tal vergüenza que me daría arruinar la rutina y el plan dominical, agrego otra capitulación a mi testamento, para que no me vean la cara sonrojada y muerta pero de la risa, mandare a colocar un espejo en el ataúd para que así todo morboso amarillista observe el reflejo de su propia cara, dejándome libre de culpa dominical. Tercera y última capitulación: libre albedrio a mi bancada de abogados para que escojan el día del duelo nacional, pero que no sea viernes, porque el viernes es inicio de fin de semana, tampoco el jueves, pues el jueves es un viernes chiquito, el miércoles menos, es mitad de semana y no me gusta dejar las cosas a medias, un martes, no no no, nací un martes, me gustaría variar el día de la partida con el de la llegada, un lunes, mmm interesante pero discutible, el lunes es el día del zapatero por ende seria mal inicio de semana una muerte.
Al fin de semana le hace falta un día más, o mejor a la semana le hace falta el octavo día, pues la gente siempre afirma: “de hoy en ocho…”. Creó que el sepulcro será cuando la semana tenga un octavo día.
Una vez más salgo sobre los hombros, no como torero asesino por una puerta supuestamente grande, ni dentro de un ataúd con los pies por delante, si no en los hombros de Dios.
Dedicado a: William Hernández – Jhony Felizzola. Ni el cambio de letra, ni el  de voz, respectivamente, dejaran de ser mis Jaime´s Molina. Que Dios los bendiga hoy  y siempre. Salúdenme a mi ahijado y sobrino, Juancho y Samu. Amigos de luchas, choco-aventuras, alegrías, carcajadas, tristezas y de vida