Final de temporada

Final de temporada
POR MIS PENSAMIENTOS SINDICALISTAS CONCLUIMOS LA PRIMERA TEMPORADA

28 de diciembre de 2010

Los médicos también… dejan a med ias.

Sus manos se aferraron a la estampa de su santo inmaculado, de rodillas en la oscuridad en una de las habitaciones de la vieja casona, rezo, suplicó e invocó al canonizado quirúrgico ante las imágenes postradas en su improvisado altar. El corredor solitario humanamente, el gato sigiloso desde la silla de madera tapizada en cuero de vaca en el espaldar, miraba atento ante cualquier movimiento de algún roedor, vio la sombra de la feligrés mujer moverse a la habitación principal donde padecía de dolor don Avô.

Si el dolor tuviese color, para don Avô seria gris el dolor. Sin previo aviso esa noche como un tres en la cama se postro. La tarde del acontecimiento don Avô como solía vestir camisa blanca con rayas azules, color al cual rendía tributo a su gusto político tradicional, pantalón de tela desgastado, machete a la altura de su inflada cintura, sombrero negro borsalino, botas pantaneras de caucho a las afueras de la casona y alpargatas en el corredor, esta vestimenta cubría su tez trigueña, bigote chapliano y su corpulencia maciza difícil de derribar hasta por media docena de chulavitas.
Lo único que alcanzó a escuchar de boca de don Avô la devota feligrés fue un suplico quejido agonizante. Cerró los ojos, cuerpo boca arriba, las manos al costado de su tronco, un olor a formol colmo la atmosfera de la habitación. En la soledad rural la única cura es la celestial, sin conocimiento empírico mucho menos académico opto por doblar sus rodillas rogar con fe, creencia y devoción la presencia del santo médico en la camilla que instalo. De repente era tal la concentración de las lágrimas y el rezo que el gato en el corredor estaba acompañado y no de un roedor, el silencio en la oscuridad es sagrado, pero esta presencia aumentaba la consagración. Unos pasos finos y tranquilos recorrieron hasta la puerta de la habitación, la feligrés parpadeo sus ojos con el miedo infinito de su corazón, acobardada por el temor a Dios, de taquicardia se inundo, se arrastro lentamente hacia la pared a su espalda, el aire que le sobraba ahora le faltaba, sus piernas tambalearon cuando escucho el contacto del puño tenue de la visita golpear la puerta de madera, no sabía qué hacer, vio a don Avô de nuevo padecer, de la estampa se aferro hasta convertirla en papel mojado, un segundo golpe a la puerta sonó, se le hizo un nudo en la garganta, se le aguaron los ojos y más por necesidad que por curiosidad de la nada grito: ¿qu.. en?...¿Quién, o qué es…?  La respuesta más serena y mansa la tranquilizo, ¡soy tus súplicas hechas un milagro, soy el médico que has estado esperando!

Sin ninguna prisa más que sorprendida se dirigió a la puerta para dar paso a su incrédula vista, primero vio su sombra solidaria diferente a la de los normales, perpleja su cara ante eminente discípulo de Hipócrates, solo callo. En su mano derecha cargaba un maletín oscuro con hebillas plateadas, vestido elegante de paño negro igual color de corbata, en el bolsillo del saco típico pañuelo blanco de la moda del siglo XIX impuesta cuando hizo sus estudios en Francia, su calzado de gran elegancia influenciado de su ciudad natal Caracas, bigote Gandhi, descargo su maletín al suelo, con gesto de caballero se quito el sombrero tipo hongo y dejo al descubierto su cabello negro para atrás, se acerco buscando a el paciente, miro tibiamente a la feligrés y agrego: me has exhortado intensamente, con manos delicadas y a la obra prosiguió. ¿Los dejó solos? La mujer sumisa Preguntó, con sonrisa amable respondió: un médico no solo tiene manos, también tiene la atención de una enfermera. Se dirigió hacia don Avô postrado casi tieso en la cama, sacó de su maletín un termómetro para medir la temperatura corporal, pero era más ardiente el calor en su cuerpo por el saco que se lo desvistió para quedar con camisa blanca manga larga. Antes de pronosticar el mal miró con dirección al cielo, se encomendó a su Dios amo e inicio su milagrosa profesión. ¿Es su amado? No, es mi señor amo respondió la feligrés con una vela en las manos. Preciso paños de agua tibia, el los necesitara para la temperatura, muchas veces los años mal vividos no llegan solos, padece una enfermedad cruel intestinal, con las manos rozando el estomago de don Avô, afirmo sin crueldad, procederé a operarlo es la única cura, ni las tabletas podrían calmar, serás testiga de las glorias de Dios. Con el simple suceso de orar, frotar y movilizar las manos por el vientre del moribundo el olor a formol se fue desvaneciendo, fue tan intenso el momento que la creyente mujer veía desaparecer y aparecer la presencia del beatífico médico, el proceso quirúrgico comenzó, un olor a sangre corrió gota a gota por las sabanas, sin tijeras, anestesia y algodón de repente en pocos instantes cesó. José Gregorio Hernández metió la mano a su pantalón, sacó un reloj de bolsillo suizo, con incertidumbre la mujer expreso, ¡una operación celestial abierta¡ ahora, ¿vas a coser la herida? No, respondió. Su imagen se desvaneció sin dar aviso se esfumo, su presencia y sus herramientas se ausentaron.
Con la vela en las manos, la improvisada enfermera lloró de impotencia por no saber que remediar, don Avô recién intervenido, le faltaba cerrar la enorme herida aún dormido seguía. Se desplazo hasta la bodega en búsqueda de lo primero que se le ocurrió en auxilios, escarbo cajones y armarios hasta encontrar la aguja y el hilo procurado. Enhebro sus temores a la sangre y aguja, con valentía y sin piedad propino el primer golpe a la piel de don Avô hasta hacer el nudo que cerró la cocedura del delicado procedimiento.

En la romería ubicada en  una calle aledaña a la plaza del pueblo, los días dominicales la estampa religiosa del exhortado médico disminuyó en ventas y adoraciones, ahora las que más se compran y rezan son las de la virgen de Guadalupe y san Benito de Palermo. La mujer feligrés rumoro de casa en oreja, la descuidada labor del divino médico, diciendo que todo profesional hace su labor hasta el final, a excepción de políticos. Don Avô mejorado corta caña de azúcar dejada en un costal con su machete en el corredor mirando al gato pasar.
Por la disminución en la venta de estampas del susodicho y por el delicado suceso, el Vaticano tomo riendas en el asunto, emitió al pueblo el siguiente comunicado:
Para restablecer la confianza de nuestro médico embajador José Gregorio Hernández con los habitantes de este pueblo queremos hacer la explicación correspondiente del confuso episodio, el día del concurrido caso, era 3 de Diciembre (día del médico) por lo tanto nuestro médico no debía trabajar, mucho menos horas nocturnas y extras (gracias que asistió a sus súplicas) para justificar precisamente era un viernes con fin de semana festivo, Chepe como lo llamamos con cariño había solicitado permiso porque quería vacacionar, la EPS (empresa pública o privada de salud) no cubre los honorarios ni gastos de transporte de nuestro eminente médico, por lo tanto de su bolsillo no solo salió el reloj que le indicaba el momento de marcharse sino los gastos del teletransporte. Su árbol genealógico nos muestra que sus padres eran colombianos, por principio de Hipócrates si podía ejercer su profesión allá, ya que lo querían deportar por: cruzar la frontera sin pasaporte, sus profesores cubanos socialistas en Francia y por no tener licencia médica colombiana, se corre el rumor que es un médico de garaje, cosa que desmentimos pues tiene hospitales con su nombre de pila.
Dada la explicación exigimos al gobierno colombiano hacer reformas al subsistema de salud pública, instalar puestos médicos y hospitales, ya que por casos como este y muchos más la venta de estampas nos disminuye y perjudica diariamente.
El Vaticano, vatisecretario



Dedicado a: Adriana Bermúdez - Lex Chica.  Brosther, sobre la mano de Dios usted está para bien de los seres humanos, recuerde siempre que nuestro señor no elige a los preparados,  sabiamente prepara a los elegidos con el fin de crear una benévola sociedad. Adri, eres una mujer excepcional, eso muy bien lo sé y tú lo sabes, emplea  los dones y capacidades que Dios te dio para  bien general, perdón por alejarme, por ser tan intermitente, siempre tienes un lote y unas hectáreas enormes en mi corazón, te quiero a corazón abierto y sincero. 

22 de diciembre de 2010

COMFENALCO, Se preocupa por ti.

Como diría mi actual roba risas número uno, Suso: QUE CAJA PARCE!!!  La anécdota blanda que me aconteció el pasado sábado. El que está quieto… se deja quieto, definitivamente. Los primeros que se preocupan por el bienestar sabatino de uno son los amigos, los últimos lo sabrán al final del texto. Ring Ring sonaron los latidos de mi corazón cuando timbro el teléfono de mi casa, al estar viendo lo que más me gusta, un partido de futbol sentado con todas las comodidades que ofrece el mejor hotel del mundo, mejor que el Hilton, que por cierto sus chefs no preparan el caldo con carne y cilantro que prepara doña mi mamá en el hotel donde ella es dueña del letrero, Hotel Mamá. Alistese que nos vamos a piscina, en 5 minutos pasamos por usted, epa… ¿a dónde?, Comfenaaalcoo, lo último que le alcance a escuchar a Jhony al otro lado de la línea. Comfenalco, tremenda sede social de recreación, donde su cancha sintética supera a la del estadio principal de Bucaramanga única en Colombia, via Piedecuesta, eso quiere decir que es más cerca de Bogotá que la propia Bucaramanga, zonas verdes afrodisiacas, lo digo porque vi más de una parejita buscando musgo o un nido de amor en tapetes verdes donde no se les perdió ni la misma verguenza, un mini lago, alojamientos, salones de conferencia y la famosa piscina de Mickey para los ingenuos niños. Cómo diría Napoleón “vístame despacio que voy de prisa”, le dije a mis sirvientas y doncellas invisibles (si, aún tengo amigos imaginarios, a mi edad son mis alcahuetes, ahhh muchos de ustedes también tienen), piscina, pileta, estanque, como lo quieran llamar era el plan.
Lo mismo de siempre, cuando Mahoma no va a la montaña… me fui caminando o en infantería como suelo decirle a  ex mi compañero de caminatas del ejercito, ya que no pasaron por mí, arriesgando a maltratar y aumentar la lesión que tenía en la planta de los pies que por ningún remedio casero o científico me pasaba desde hace días. Soy como la novia fea, puntual, como novia fea entusiasmada esto iría a terminar mal pues estaba con mis chiritos puestos. A bordo del Optra, Jhony, Augusto Uribe Santos, con apellidos presidenciales, Uribe Santos creó que los padres de Augusto eran fundadores bien antiguos del partido de la U, o tal vez soñaban con un hijo presidente, ya tiene el primer requisito para cumplir tal sueño, Augusto, es abogado, estudio derecho, escribe con la zurda, piensa como centro, va torcido pero en el fondo bien en el fondo es un personaje, todos los abogados “las que no se la saben, la inventan” Dr. David Ricardo Barajas. Y yo rumbo a la sede recreativa. Tarde nublada, trancón típico gracias a las obras de Metrolínea troncal Piedecuesta, llegamos al objetivo tan anhelado, bajamos del carro por petición del guarda de seguridad (le vieron la cara a Augusto de abogado !?¡), pasamos con los carnets de socios caudicados, creó que le vieron la otra cara del abogado a Augusto.
El Oasis en el desierto, la gota de lluvia en la sequia, allá estaba ella, detrás de los arboles, cada vez nos acercábamos más a los vestiers, cada vez el olor a cloro se consagraba más, el puente, la batea que une los dos costados de la sede para ingresar lo levitamos por tanto júbilo de emoción al ver a lo lejos la piscina, juro que literalmente vi lagrimas en los ojos de Jhony y Augusto, era tanta la efervescencia que haciendo el recorrido nos fuimos desvistiendo para matar las ganas de piscina, corrimos como la típica escena de Baywatch, eso si con unos kilos de más, sin pantaloneta naranja, con salvavidas inflables, pero vaya coincidencia habían 3 salvavidas de negro alrededor de la piscina . Llegamos a las duchas previas, donde obligatoriamente más que por higiene por disimulo se tiene que humedecer el cuerpo para hacer contacto con el agua estancada en un subsuelo de cuatro paredes y pocos metros de profundidad, llena de decenas de personas alegres, titireteando y bañándose como si fuera una piscina olímpica.
En el rincón hacia la izquierda de la entrada aconteció, el primero en hacer una especie de bomba acuática fue Augusto, el segundo fui yo, pero como no podía hacer algo esforzado por mi lesión de pies (al igual confieso, no se dar clavados en una piscina, de pronto en… mal pensados), me incline en el borde del rincón, baje lentamente de pies a cabeza haciendo fuerzas con mis brazos para ingresar a la piscina, mientras tanto a pocos metros Jhony se sacudia el agua como perrito recién bañado después de sumergirse en ella, toque el fondo, sonreí, mire alrededor, camine uno, dos pasos y… sentí una blanda sensación, en mi mente no ocurrió nada, simplemente restregué un poquito, pero la curiosidad me ganó, mire hacia abajo, pero el agua no me dejaba ver bien, vi un collage en especie de hojas, supuse que eran hojas, pero alrededor de la piscina no habían un árbol cercano, un corrientazo paso desde la punta del dedo gordo de mi pie derecho quien era la víctima o el cuerpo del delito, mis dudas no podían quedar en vano, pase saliva, llame tímidamente a Augusto, quien me vio con una sonrisa de oreja a oreja sin saber lo ocurrido. Mire hacia abajo, le dije, el observo, dijo: un sencillo ¿Qué?, con la idea en la cabeza de lo peor, le pedí que de nuevo observara bien, se colocó las gafas nuevas traídas desde los Estados Unidos, con valentía e inocencia, tomó aire, levantó su pulgar derecho como diciéndome, voy hasta el fondo ya vuelvo, se sumergió tan cerca del piso que salió con cara y una expresión de… MIERDA… 
Me sentí sucio, llame a Jhony, quien flotaba como Marlin buscando a Nemo en el fondo de la piscina, no encontró a Nemo, pero yo encontré algo y no era lo esperado, una moneda, una cadena de oro, no, se acercó y con disimulo público le dije, parce cagaron la piscina, ¿quee? Me contesto, le afirme, si parce.
Comfenalco, se preocupa por ti. Entonces ubiquen un baño público con papel para estos casos de emergencia, indignado,  llame a los salvavidas, para que le salvaran la vida psicológica a todos los que estaban en la piscina, más preocupados por tratar de tomar una foto al concurrido acontecimiento, se comunicaron por la radio y habilitaron la piscina del lado, tal vez es la única forma para utilizar la otra piscina, que caguen una para usar la otra. Pensé que era un mito, pero sucedió, mi amigo  Jhony, un metrosexual, místico y pudiente higiénico excesivo, se baño hasta con yerbabuena, no confunda la mierda con pomada mi Ché. Después en pies sobre el rincón recordado más que por asco, por trauma, por anécdota, llegué a un decálogo de conclusiones:

  1. Desadaptado social, quién me cagó el plan sabatino
  2.  Desadaptado antihigiénico, el que cagó mi dedo gordo del pie derecho.
  3. Algunos abogados si no son la cagada, si no lo son… la buscan. 
  4. No me inviten a piscina, sin antes constatar que todos los que están en la piscina fueron previamente al baño.
  5. No te fíes de cuán grande es la fama de la sede social, no importa el estrato en todas… las embarran
  6. Comfenalco y Recrear, tienen las mismas necesidades, es la misma vaina parceros
  7. Menos mal, no fuimos con chicas, ¿se imaginan?, dirían: los planes de esos manes resultan bien embarrados.
  8. Por favor, este problema digestivo o necesidad humana, hágala en casa, pida prestado, para la entrada a un baño privado, lleve su mica como equipo de emergencia o botiquin.
  9. No publiquen cosas como estas, pues será tema de mesa en sus lazos sociales. le conté a doña mi mamá, ya saben en la costa y región Caribe.
  10. Comfenalco y nadie en una piscina se preocupa por ti.
Dedicado a: Hosgui, bro, parce, para despejar su inquietud acerca de la descomposición fecal en el fondo del agua, primero no flota, segundo resbala como si fuera apagando el suiche con su zapato, tercero, este punto usted me lo pregunto varias veces, no pierde color, ni textura según nuestro osado e ingenuo buzo abogado, cuarto, creó que tiene poderes medicinales, mis pies se mejoraron a los siguientes días, quinto, mil gracias por el detalle del blog, espero compartir semanalmente comentarios y textos, sabe usted que no gusto de la red social Facebook, este será mi rinconcito social, hace pocos días le dije a mi mamá quien tiene Facebook, que había escrito en el muro y me persiguió por toda la casa, diciéndome: acabaron de pintar la casa y usted rayándome los muros. GRACIAS ING.

BIENVENIDIOS TODOS MIS AMIGOS, escriban sus aportes y comentarios
FELIZ NAVIDAD